Cuando Maio nació me reí, era exagerado, tenia una carita flaca y le sobresalía prominente la nariz, sus brazos y piernas largas y delgadas, al final de ellas manos y pies enormes, pensé "este se hará grande como mi abuelo".
Cuando se conocieron mi abuelo le dijo a Maio:
-Tan solo te quedan 80 años para ser como yo
Estos días antes de morirse, en la cama he visto a una persona con la cara flaca, marcando una respiración profunda con su nariz prominente, sus brazos y sus piernas eran ahora largas y delgadas dejando al final de ellas la exageración de unos pies y unas manos enormes. Es curioso, a mi abuelo tan solo le quedaban un año y siete meses para ser como Maio.
Ya no hablaba y luego ya no abría los ojos. Había reducido su vivencia a los seres mas próximos y ya solo se estremecía cuando mi abuela le tocaba la cara. Regresando al amor mas primario que un día le dio la vida, se marchó.
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